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Los 4 tipos de gamer según la psicología

Los videojuegos son, cada vez con más frecuencia, tema de conversación, ya sea porque paulatinamente cubren temas más diversos, porque son objeto de constantes acusaciones o porque se tornaron tan sofisticados que aparecen en el radar del entretenimiento general más a menudo.
Por otra parte, hay para quienes no son más que juegos para niños, y hay otros que defienden que van más allá de eso. Independientemente de la respuesta, la realidad es que abarcan una amplia gama de géneros y tratar de englobar al jugador estándar resulta muy complicado, pues hoy hay gamers niños, adultos e incluso de la tercera edad; también hay hombres y hay mujeres. Sin embargo, lo que tienen en común es que acuden a los videojuegos en busca de algo distinto.
¿Pueden categorizarse, entonces, los videojuegos como juegos de niños en la actualidad? O, más interesante todavía: si son juegos, ¿encajan en la misma definición que el ajedrez o las damas chinas? ¿Y qué hay de quienes los practican? ¿Es acaso el jugador de Call of Duty idéntico en cuanto a su perspectiva y expectativa del entretenimiento electrónico a aquel que gusta solamente de Mario Bros.?
Hace varios meses, ahondamos un poco en las motivaciones que nos llevan a jugar, pero en busca de un vistazo más profundo del tema, esta vez recurrimos a una especialista. Y no a cualquiera, sino una que además es jugadora. Angélica B. Ortiz de Gortari es mexicana, psicóloga y tiene maestría en salud mental, así como en bioética y derechos humanos. Le gusta la poesía, viajar y hacer reflexionar a las personas, que es precisamente lo que esperamos logre este artículo.
Cabe aclarar que reside en Inglaterra, donde prepara un trabajo doctoral enfocado en el Fenómeno de Transferencia de los Videojuegos, el cual abordaremos en otro momento. Basta decir, por ahora, que dicho fenómeno es el que te hace ver una barra de vida sobre la cabeza de tu hermano luego de un maratón de 7 horas de Mortal Kombat o el que despierta en ti una extraña necesidad de conducir sobre la banqueta cuando pasas mucho tiempo manejando por Los Santos.
Jugar es cosa de adultos también
Iniciamos nuestra charla con ella hablando sobre por qué el jugador estándar, de acuerdo con la ESA, tiene 35 años de edad. Promedio que, además, parece ir en aumento. Es decir, cuando uno piensa en la palabra juego, viene a su mente la imagen de un niño con un globo o de una niña saltando la cuerda. Ya de perdida, la de un adolescente u hombre joven pateando un balón de futbol. No obstante, Ortiz de Gortari aclaró que el juego es un asunto de satisfacción, libertad, placer y recompensa; conceptos que todos procuramos alcanzar sin importar la edad. En otras palabras, el juego cambia según las diferentes etapas de la vida, mas no en cuanto a esencia, y en ese sentido, tanto una partida de ajedrez como una de StarCraft serían similares.
"Sea cual sea el juego que juguemos, éste va de la mano con algún tipo de placer. Somos seres lúdicos por naturaleza.", nos dijo la egresada de la Universidad de Monterrey. También nos recordó que el juego se practica desde las eras más antiguas de la humanidad.
"El niño juega creando caracteres imaginarios; sucesos, eventos, adoptando diferentes roles. Mientras que el adulto típicamente sueña despierto, fantasea, escribe poesía. Cuando éramos niños, lo primero era hacer las tareas y después recibir el premio de poder jugar. Jugamos para sentirnos niños.", añadió, e hizo hincapié en la profesionalización del entretenimiento electrónico, que conferiría a sus practicantes un aura de gladiadores modernos.
Experimento y libertad
El niño no suele aplastar hormigas por maldad, sino por curiosidad. El problema es que, en la medida que crecemos, esa curiosidad implica riesgos cada vez mayores, los cuales pueden experimentarse mediante el juego y, mejor aún, del videojuego. Esto conlleva emoción, pero no hay peligro real y existe una recompensa, razón por la cual muchas de las actividades que llevamos a cabo en el mundo actual están matizadas con el pincel del videojuego. Por ejemplo: ir a comer a un restaurante un número de veces y acumular un descuento, responder una trivia genérica y llevarse un premio, acceder a un sitio de Internet con frecuencia y subir de rango; ese tipo de cosas.
"En general, los videojuegos nos dan la libertad de cuando [éramos] niños de cometer errores, de intentar cosas a prueba de errores (...) nos dan la oportunidad de experimentar con lo prohibido, rompiendo reglas, identificándonos con caracteres, proyectando lo que somos, parte de lo que somos o no somos y lo que deseamos ser." , aseguró la psicóloga.
Y quizá ese apetito por encontrarnos a nosotros mismos nos conduce por diferentes senderos de entretenimiento electrónico a los cuales hemos denominado géneros. Cada género de videojuego, además de exponer paradigmas de diseño y mecánicas diferentes, satisface diversas necesidades en el jugador. Algunos buscan desahogo, otros socializar, unos más el escape de la realidad, o la competencia, y otros un poco de todo.
Para tener una perspectiva más ordenada de estos apetitos y satisfacciones, Ortiz de Gortari se remitió a un modelo denominado OCEAN, compuesto por 5 perfiles de personalidad y del cual se desprenden, al menos, 4 tipos de jugador.
"Este modelo ha sido típicamente empleado para identificar los motivos que nos llevan a jugar videojuegos. Generalmente, la práctica de jugar videojuegos está asociada con emoción, desafío, competencia, diversión, exploración, fantasía e interacción social."
  • El jugador extrovertido
El perfil del jugador extrovertido encaja a la perfección con ese compañero de la escuela que siempre parece estar de buen humor y que se aburre fácilmente si no hace algo nuevo y emocionante con regularidad; es cálido, empático y activo. Le gusta socializar y potenciar sus emociones, "por lo que es atraído por juegos en línea, pero también le atraen juegos violentos", no solamente por la excitación que estos generan, sino también porque, hasta cierto punto, disfruta la violencia.
"Algunos estudios sugieren que los individuos extrovertidos interactúan más violentamente al jugar videojuegos.", añadió Ortiz de Gortari, aunque reconoció que los resultados de dichos trabajos distan de ser definitivos.
Suena como el tipo de jugador buena onda que nos topamos en Battlefield, en FIFA o en GTA Online. No le da miedo competir ni la sangre de la guerra virtual.
  • El jugador neurótico
Se trata de ese miembro del grupo de amigos que suele estar moviendo la pierna nerviosamente o comiéndose las uñas. Asimismo, se pone tenso, triste o de mal humor con facilidad. "Este tipo de jugador generalmente juega en busca de diversión para relajarse, disminuir la tensión y escapar de las tensiones.", nos comentó nuestra interlocutora. En otras palabras, procura no sufrir dentro del juego porque se angustia lo suficiente en el día a día, así que títulos muy violentos no son de su predilección o le sirven solamente para confirmar sus miedos e inseguridades. Es de suponer entonces que aquí podrían converger quienes juegan exclusivamente títulos con clasificación E o T. Hay algo que nos conduce a pensar también que dentro de esta clasificación encontraríamos al jugador que aplica el abandono por frustración o rage quit.

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