GENERO: Rol
ONLINE: SI
AÑO: 7 de octubre de 2011
JUGADOR:
1-2 (Cooperativo: 2)
DESARROLLADORA: FromSoftware
PLATAFORMA: PC/Xbox 360/ PS3
ANALISIS:
El entretenimiento del pixel es fascinante, más que hace
veinte años, pero con excepción de algunas obras maestras, la tendencia
reciente nos lleva de la mano para aprender y acostumbrarnos a cada aspecto de
un juego. Dark Souls no pierde el tiempo en explicaciones, tu primer
encuentro con un jefe sucede a los diez minutos de comenzar; cuando apenas
aprendiste las nociones básicas del combate, te ataca por sorpresa, es colosal
y usa un enorme mazo que reduce tu salud a la mitad con un golpe. No es una
batalla que debas perder, tienes las herramientas para salir victorioso y se
espera que lo hagas, si es tu idea es iniciar la verdadera aventura.La extenuante dificultad te empuja a mirar con recelo a Dark Souls, pero a pesar de la controversia, es una de las principales armas de seducción con las que podría atraparte. En muchos aspectos es un antídoto para aquellos desilusionados por el estado actual de los videojuegos, pero no se trata de una reliquia arcaica ni retrógrada, al contrario, se erige como un ejemplo de diseño e ingenio moderno; en él tendrás que trabajar arduamente para obtener una recompensa, pero la dificultad no te castiga para beneplácito de los desarrolladores, intenta probar que las mayores satisfacciones se obtienen de un gran esfuerzo.
Podemos calificarlo como brutal y despiadado, pero no hay algo perverso ni injusto en la dificultad de Dark Souls, incluso podría argumentarse que el desafío no es lo extraordinario, sino el nivel de concentración y destreza requeridos a nosotros, los jugadores. La razón es que la mayoría de enemigos puede matarte con un par de golpes, y no son pocos los que te aniquilan con uno. Devolverles la cortesía es relativamente sencillo, aún a criaturas gigantescas, siempre y cuando conserves la calma y te mantengas atento al entorno y a las habilidades de tu oponente. Al final, son raras las muertes banales, si sucumbes es completamente tu culpa, sea porque no evadiste a tiempo, no te preocupaste por tu equipo, o no pusiste atención al vigor de tu personaje. Y aunque el juego peca de someterte a hambruna de información en casi todo sentido, el tutorial brinda elementos suficientes para sobrevivir.
Dark Souls está construido sobre un sofisticado y táctico esquema de combate que contrario a la regla, se compone de un puñado de movimientos básicos sumamente precisos y son estas las razones de su complejidad. No hacen falta los combos ni el despliegue de habilidades sobrehumanas, emplear certeramente ese limitado repertorio es suficiente para dominar cualquier pelea. No es que sea sencillo, la fragilidad del personaje obliga a considerar cuánto dura el ataque de un arma, su desgaste y bajo cuáles circunstancias es mejor bloquear en lugar de rodar y evadir. Es una comparación extraña, pero bajo estas circunstancias, guarda más similitud con los títulos de pelea que con otras propuestas de acción, pues debes leer los movimientos de cada oponente, calcular tu posición y ejecutar ataques en perfecta sincronía.
Es difícil evitar las comparaciones con Demon’s Souls, el ancestro espiritual de Dark Souls, después de todo comparten la misma esencia, pero en esta secuela indirecta las animaciones y el combate son considerablemente más fluidos, además de mejor balanceados. La diferencia es que Dark Souls se desarrolla en un enorme mundo abierto, y no es que puedas salir de paseo en un imponente corcel, sino que todo está interconectado en áreas que debes descubrir y explorar, sin ningún tipo de guía. El diseño de escenario tiene un toque masoquista, y te darás cuenta más de una vez de que la entrada a los calabozos más difíciles está ubicada a unos pasos de la ruta para principiantes. La ironía es que el camino sencillo no siempre es el correcto, así que la única solución es prestarte a la libre exploración.
Tus únicos puntos de referencia en la navegación son las fogatas, que casualmente también sirven para salvar tu avance en caso de que mueras, además de permitir subir de nivel, aumentar atributos, así como reparar, reforzar y modificar armas. Tras varias horas de búsqueda agradecerás encontrar una, el lado negativo es que al usarla todos los enemigos reaparecen, incluidos los jefes medianos. Esto puede provocar un poco de desesperación y tedio, en caso de necesitar recorrer el mismo camino, ya que los adversarios salen exactamente en el mismo lugar. Por otro lado, es un oasis, pues recupera tu salud al máximo y el poder de tus hechizos.
Para ser el elemento que da nombre al juego, las almas no podían ser menos que la moneda para comprar habilidades y armamento. Al igual que en Demon’s Souls, si mueres pierdes las que acumulaste, pero de alcanzar una vez más el lugar donde fuiste masacrado, puedes recuperarlas. Es traumatizante que las arrebaten en cuestión de segundos, pero desesperarse en el intento por reclamarlas sólo te lleva a perecer en manos de otro enemigo y entonces, perderlas para siempre.
Se supone que si estás en aprietos puedes recurrir a notas que dejan otros jugadores en las áreas más conflictivas, el gran inconveniente es que justo como sucede en el resto de las comunidades en línea, es posible que no todos trabajen cordialmente y lo que encuentres sea una mala broma, así que no confíes por completo en las pistas. Bajo una línea similar, el multiplayer es muy limitado, tras reunir algunos requisitos puedes convocar la ayuda de otra persona, pero es aleatorio, así que la idea de compartir aventura con un amigo queda descartada. Por otro lado, es posible invadir el juego de alguien más, y de encontrarlo, acabar con su vida, pero es más fácil decirlo que hacerlo, pues antes deberás encontrarlo en el vasto escenario además de lidiar con los incontables obstáculos ubicados en el medio.
En la peregrinación por atraerte con su extrema dificultad y refinado esquema de combate, Dark Souls comete otros pecados. Opuesto al resto de títulos con temática similar, no es un arquetipo de narrativa, nunca se molesta en explicarte lo que sucede, en su lugar deja que tu imaginación llene los huecos, pero si queremos hablar de los defectos argumentales y de motivación para enfrentar las dificultades, la estrategia es pésima por generar desapego a la misión, en especial porque la aventura se sitúa en un panorama un tanto deprimente: el mal ya ganó la batalla y tú eres lo que resta de una humanidad decadente. Estas características se reflejan claramente en lo que experimentas, personajes dispersos en un escenario que observan la realidad con ironía y lo expresan en el diálogo; tal vez para sentirnos identificados sería importante que al encontrarlos no tuvieran un aspecto de muñecos inertes y sin vida, pues incluso al hablar permanecen con la boca cerrada.
A veces pareciera que los desarrolladores nos arrebatan la emoción de exploración y descubrimiento, pero este caso rompe por completo con esa premisa. Dark Souls es el título más difícil que he jugado, pero no en la forma clásica y caprichosa con que a tantos desarrolladores les encanta torturarnos, es una experiencia meticulosamente diseñada, versión refinada y sustancialmente mejorada a Demon's Souls. Mentiría al decir que todos deben jugarla, justo como los juegos mecánicos que prohíben el paso a gente con problemas cardiacos, esta montaña rusa de adrenalina no se recomienda para los fácilmente irritables, pues hasta el más paciente y sereno grita, maldice y avienta el control tras centenares de muertes. Dark Souls es tu enemigo, mantiene una relación agresiva y tan pasional contigo, que puedes amarlo desesperadamente u odiarlo el resto de tu vida. Lo emocionante es que si aceptas el desafío, te enfrentarás a uno de los videojuegos más excitantes que existen y la adrenalina se inyectará en dosis incesantes.
GRAFICAS: 10/10 BANDA SONORA: 9/10 HISTORIA: 10/10
JUGABILIDAD: 9/10 IMNOVACIÓN: 9/10
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