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Lollipop Chainsaw



JUGADORES: 1

AÑO: 01/06/2012

SECUELA: No

PLATAFORMA: PS3, XBOX360
GENERO: Acción, Aventura
ONLINE: Contenido Descargable
DESARROLLADORA: Grasshopper Manufacture


ANALISIS
Lollipop Chainsaw
La última genialidad de Suda51 tiene como protagonista una joven animadora de instituto que además es una auténtica caza zombis. Junto a la cabeza de su novio vivirá una hilarante aventura de acción llena de sangre y corazones rosas.
Lollipop Chainsaw es una de las producciones más pintorescas y curiosas de este 2012. Se trata de un proyecto que viene con el sello inconfundible de Suda 51, un creador de videojuegos que tiene una visión muy particular de la industria. Suyos son algunos de los mejores personajes de los últimos tiempos y suyo es, también, alguno de los universos más originales que hemos visto en las consolas de la presente generación. En esta ocasión Los excesos vuelven a ser los protagonistas de esta obra de Grasshopper. Acción, sangre a borbotones, trama hilarante… Todo lo que envuelve a esta atrevida animadora de instituto cumple con lo que se esperaba. Aunque seguramente no sea solo eso lo que se le pide a un videojuego.
Las particularidades de Suda 51 son conocidos por muchos. Ofrece escenarios y contextos alternativos, calificado muchas veces de serie B. O al menos equiparándolo en la comparación con el cine. Un productor de videojuegos de autor, con un sello propio que ofrece a través de la violencia y la acción personajes y situaciones paródicas del propio sector, momentos surrealistas y narrativas originales. Como una vez en una entrevista Shigeru Miyamoto dijo que el hecho de que lo compararan con Spielberg no era un halago ya que se presuponía con esa afirmación que los videojuegos son inferiores al cine, no diremos que a Suda51 se le atribuye muchas veces eso de ser el Tarantino de los videojuegos. Aunque bueno, lo hemos acabado diciendo y la comparación puede ser válida. Con matices.

Una chica rubia con vestido de animadora de instituto, dos coletas y una motosierra. Suda 51 en estado puro.
Los juegos capitaneados por el desarrollador japonés tienen muchos elementos similares al del director de cine con el que se compara, pero sí es cierto que dentro de los videojuegos el acabado de los mismos muchas veces no acaba con el mismo nivel de calidad. Muchas veces la grandeza de las obras de Grasshopper se encuentra en todo lo que hay alrededor de una jugabilidad que acaba estando alejada de la excelencia de uno de sus referentes –confirmado por él- cinéfilos. La hibridación de contenidos, la cultura pop, una gran variedad de referencias. Con ello salen productos casi de culto pero irregulares como Killer 7, obras excelentes dentro del género de la acción como los No More Heroes o apuestas arriesgadas y rompedoras en lo artístico pero sencillas y sin alardes en lo jugable. Como el último Shadows of Damned. Todos estos juegos tienen el sello indispensable de Suda 51 y evocan experiencias de todo tipo en los jugadores. El último en sumarse es el presente Lollipop Chainsaw, una vuelta de tuerca más.
Si en Shadows of Damned íbamos acompañados de una extraña calavera parlante por los caminos del infierno intentando recuperar a nuestra amada, todo con mucho humor macabro, parodias y un protagonista irreverente y brutal, en este caso nos encontramos en manos de una animadora de instituto que armada de una sierra eléctrica tiene la curiosa misión de acabar con hordas de zombies. Serie B total, pero una idea que Suda51 dijo tener en la cabeza durante todo el tiempo y que así decidió plasmarlo. Presentación de personajes con cartelitos y momentos tarantinianos, sangre a destajo y personajes muy pintorescos. En lugar de una calavera nos acompaña la cabeza de nuestro novio durante nuestra aventura, para darle el toque todavía más freak al asunto. Ha sido infectado y la solución es cortarle la cabeza. Y a seguir matando zombies en el 18 cumpleaños de Juliet, que en realidad es una cazazombies que se irá enfrentando a decenas de no muertos y los grandes jefes, los Rock Lords. La puesta en escena no puede ser mejor.

Como en No More Heroes, hay choque de espada y motosierra, con QTEs para resolverlo y un despliegue audiovisual espectacular mientras tanto.
Todo esto una de las grandes virtudes de Lollipop Chainsaw. La escenografía que nos muestra el juego, la propia protagonista Juliet en sí atacando con pompones y con una motosierra, las escenas sobreactuadas a cámara lenta con movimientos cinematográficos claramente exagerados a modo de parodia, la llegada de enemigos de todos lados y la presencia de otros personajes secundarios son un compendio artístico que nos encandilará desde un primer momento. La mezcla de violencia –la sangre y decapitaciones están a la orden del día- con luces de colores cursis en ataques especiales es un cóctel explosivo a nivel visual. Impactos similares a los vistos en Shadows of Damned, pero con otro estilo y otro contexto totalmente distintos.
El estilo de juego nos es fácilmente reconocible. Nos encontramos ante un beat’em up masivo en el que vamos a machacar decenas de zombies por fases lineales en las que avanzamos una vez limpiamos la zona en concreto. Jugablemente es un juego que no revoluciona absolutamente nada y se muestra muy conservador en la propuesta: llegamos a un espacio, acabamos con los enemigos, avanzamos; y así en diversos puntos hasta llegar al jefe final de turno con el que debemos enfrentarnos. En total, Lollipop Chainsaw cuenta con siete niveles que nos durarán más bien poco: unas seis horas en dificultad normal, alguna más en difícil donde el reto aumenta considerablemente. ¿Es un problema? Se antoja poco, aunque es cierto que los amantes de repetir fases y competir en marcadores mejorando las puntuaciones lo rejugarán una y otra vez.

Los jefes, ritmo, demencia y color a partes iguales. Juliet tendrá que entregarse a fondo en estos épicos enfrentamientos, mucho más exigentes que la llegada hasta ellos.
Porque una de las bases de la obra de Suda51 es precisamente esa, picar al usuario para sacar las mejores puntuaciones. Y eso solo se consigue moviéndose perfectamente por el escenario sin perder vida, hacer combos bonitos con los comandos que tenemos y acabar con grupos de zombis la mayor parte del tiempo que podamos. Con esto sumaremos medallas y dinero y mejoraremos las puntuaciones que se nos van dando al final de cada nivel. En otras modalidades distintas a la historia se puede competir con los marcadores de otros jugadores de todo el mundo.

Pompones y motosierras
El sistema de combate de Lollipop Chainsaw es bastante sencillo y asequible desde un primer momento. Usaremos los cuatro botones principales del mando para repartirlo en acciones diversas: tenemos uno para atacar con la motosierra de manera contundente, otro que también sirve para la motosierra pero para hacer ataques a ras de suelo; un ataque veloz con los pompones y nuestras patadas que permite encadenarse fácilmente y aturdir a los zombies y por último un movimiento evasivo en forma de salto. Con estos cuatro comandos combinaremos ataques de diversas maneras. Secuencias de pompones para machacar con la motosierra, salto por encima de un zombi para clavar posteriormente nuestra devastadora arma… saber moverse es importante cuando nos atacan muchos zombis y nos rodean, básicamente porque las acciones con la motosierra son algo lentas de ejecutar y nos pueden dejar vendidos.
A medida que vamos ganando monedas mientras matamos a los zombis podemos comprar nuevas combinaciones que se ejecutan al más puro estilo God of War. X,X,Y o cuadrado, cuadrado y triángulo para hacer dos movimientos de pompones y clavar la motosierra por ejemplo. A pesar de tener una veintena de combos por desbloquear, lo cierto es que el sistema de juego se nos hará algo simplón. Lollipop Chainsaw cae en la deriva machacabotones más que en la habilidad para combinar según qué movimientos. La dificultad de la mayoría de retos tiene más que ver con la cantidad de enemigos a eliminar lo más rápido posible que por el hecho de aprender sus patrones, totalmente nulos salvo en los jefes finales, donde sí debemos aprender qué hacen y cómo contrarrestarlos.

Uno de los elementos más vistoso es la elegancia con la que se patean a los zombis pompones de por medio.
Nuestras habilidades no terminan aquí. A medida que vamos matando de manera vistosa y bonita a los enemigos vamos rellenando una barra rosa que hay debajo de la pantalla. Mediante esta, una vez cargada, podemos activar un modo arco iris en el que Juliet se convierte en una auténtica máquina de sesgar extremidades de los no muertos. Momento ideal para sumar muchos puntos o también un elemento a guardar para momentos clave, como por ejemplo con la presencia de algunos zombis más duros –que cuentan con barra de vida propia- o jefes finales demasiado complicados de vencer. El espectáculo visual en este estado es digno de mención, con la hilarante mezcla de colores chillones en nuestros ataques de una motosierra… que va escupiendo la sangre de los enemigos por todos lados.
Poco más que no sepamos a nivel jugable. La variedad de situaciones brilla por su ausencia, por lo que acabamos matando sin cesar enemigos por doquier que apenas ofrecerán variedad a medida que avanzamos a lo largo del juego, lo que resulta algo repetitivo.  Los minijuegos que podemos disfrutar en momentos puntuales, con momentos incluso de disparos, elementos extras como las llamadas que recibimos mientras jugamos o los chupa chups dorados que están escondidos por el escenario –levemente, ya que los lugares que visitamos son muy cerrados y no dejan demasiados huecos que explorar-. Cada vez que desbloqueamos alguna entrada nueva -como un enemigo- vale la pena ir al menú y reirse un rato con las descripciones de ex-compañeros con tres pelotas, profesores malhumorados...Por último están los Quick Time Event que van surgiendo en momentos puntuales. Ya sea porque un enemigo nos atrapa y tenemos que sacárnoslo de encima rápidamente o porque tenemos que hacer una combinación de botones y stick para abrir con la motosierra una puerta atrancada. 

La sangre es una constante en unos zombis que no están del todo detallados.
Comprar y coleccionar
Chop2shop es la tienda preferida de Juliet, donde puede comprar todo tipo de elementos. Desde los ya mencionados movimientos y habilidades que desbloqueamos pagando las monedas que conseguimos hasta otras mejoras pasivas, como puede ser más salud o fuerza general a la hora de atacar. No solo eso, ya que podemos desbloquear nuevos artes, comprar objetos que nos sirvan para nuestra aventura (como chupachups que nos permitan regenerar la vitalidad que vamos perdiendo) o incluso comprar elementos extras como más música en formato mp3 para poder ir escuchándola. Descubrir todos los personajes secundarios con su ficha, encontrar todos los objetos y entradas y desbloquear todas las posibilidades que nos ofrece la tienda son los principales reclamos para rejugar un juego que en difícil ofrece, además de una mayor dificultad, modificaciones en la aparición de ciertos enemigos  -no aparecen en las mismas zonas- y cambios de ubicación de objetos secretos.

Apartado técnico
Lollipop Chainsaw ofrece mucha personalidad a nivel artístico. Lo primero que salta a la vista es Juliet, la clásica rubia animadora americana con su vestimenta hortera y cortita. La sensualidad exagerada que intenta mostrar tanto por sus movimientos como por el juego de cámaras es digno de mención, sobre todo en las animaciones más rápidas como los ataques de pompones y los movimientos evasivos. Sí es cierto que en algunas transiciones de movimientos hay cierta brusquedad entre ellas, pero en términos generales se mueve bien.  Los zombis juegan en otra liga, siendo estos más vastos en movimientos y contando con menos animaciones –y algo menos depuradas- que la protagonista principal, a la que sólo se le puede comparar en carisma de diseño y movimientos los grandes jefes finales. Desprenden personalidad a raudales, todo con un estilo que a veces tiene trazados de dibujo animado.

Algunos enemigos nos dan más problemas que otros, pero la variedad de situaciones no es el fuerte del juego.

Los escenarios no están al nivel de Juliet, debido a que aunque representan perfectamente las localizaciones que Grasshopper pretende en cada momento, acorde además con el universo en el que vive la protagonista, se ven demasiado vacíos en muchos momentos y con poco trabajo tanto a nivel poligonal como de texturas. Lo notaremos en paredes, vehículos y también en los propios zombis.  En términos generales, visualmente cumple sin alardes más allá del original apartado artístico. Pero lo hace principalmente por el compendio de efectos que van apareciendo constantemente –sangre, corazones rosas, todo mezclado- y por el toque humorístico del juego de cámara, las cinemáticas, las transiciones de zona a zona…
La banda sonora es uno de los puntos fuertes del juego creado por Suda51. Nos encontramos ante una propuesta rockera –toma sentido viendo según qué enemigos- que acompaña con mucho ritmo durante las hordas de enemigos que van apareciendo constantemente. Estaremos matando sin cesar en todos los niveles, por lo que es de agradecer melodías que además de acertadas mantengan el ritmo. El toque freak se encuentra en los menús cuando pulsamos pausa y en la tienda. Brillante. La interpretación de las voces y los diálogos son otro de los puntos a favor que ayudan a meterse en este mundo tan pintoresco, aunque sean en inglés. Solo con ver la introducción con Juliet hablando de su familia nos damos cuenta que esbozaremos sonrisas constantes con sus palabras. El juego llega traducido al castellano en lo que textos se refiere.
Como todo buen juego de Suda51, hay momentos épicos ante jefes finales casi tan variopintos como nuestra heroína.
Lollipop Chainsaw es una propuesta original gracias sobre todo al toque Suda 51 en lo que envoltorio se refiere: apartado artístico, protagonistas, trama, desarrollo, narrativa, mezcla de humor macabro con violencia sin tapujos, el sabor a Serie B totalmente intencionado… Rebosa personalidad por los cuatro costados. Eso ya lo podíamos presuponer viendo por donde iban los tiros a nivel visual. Técnicamente no es ninguna maravilla, pero la banda sonora y el apartado artístico compensan lo limitado que va a nivel de potencia. El principal contratiempo que lo aleja de los grandes beat’em up se encuentra precisamente en el apartado jugable. Nulas novedades encontraremos en una mecánica de juego que se antoja poco profunda, tanto por posibilidades como por el desafío que suponen los zombis sin contar los jefes finales. Jugablemente es un juego de acción más, entretenido pero que no sobresale respecto a la competencia y que puede hacerse repetitivo por falta de variedad de situaciones, más cerca de los clásicos machacabotones que de los amantes de juegos con grandes combos interminables yenemigos repletos de patrones distintos. La trama principal no es precisamente larga, unas seis horas, aunque los amantes de los marcadores y de superar sus propias puntuaciones sí lo explotarán durante más tiempo y hay bastante contenido extra por desbloquear.

GRAFICAS: 9/10                         BANDA SONORA: 8/10                             HISTORIA: 8/10

JUGABILIDAD: 9/10                   IMNOVACIÓN: 9/10    



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