GENERO: Rol
ONLINE:
Multijugador Online Masivo
AÑO:2006
DESARROLLADORA: Blizzard
PLATAFORMA: PC
ANALISIS:
La siempre mágica luz de la luna bañaba los frondosos bosque élficos.
Las sombras, se extendían furtivas ocultando los siniestros peligros que
acechaban en la oscuridad. En los siniestros montes de Ahn’Quiraj, un grupo de
curtidos héroes ponía fin al terrible mal que allí habitaba. Había sido una batalla
terrible, los supervivientes descansaban y entre ellos Laia sentada y todavía
aturdida, contemplaba una vez más como su báculo humeaba incesante entre sus
manos temblorosas y resentidas por haber curado tantas veces a sus compañeros.
Por un momento, se pregunto si alguna vez la guerra de Azeroth terminaría, si
los cientos de peligros y aventuras que había vivido desde que era una novicia
hasta la reputada sacerdotisa que era ahora, tendrían fin. Miró al cielo, e
inspirada por el astro nocturno, se dio cuenta que todo lo que había hecho por
mucho que fuera, sólo era el principio de un largo camino que en ese instante
le produjo miedo y cansancio, pero a la vez también alegría. Una alegría
brotaba con fuerza desde su interior, empujándole nuevamente a ponerse en pie y
caminar en busca de nuevas aventuras.
La poderosa llamada del rol online
Situaciones como ésta son una realidad en World of Warcraft (WoW).
Adentrarse en su mundo, es entrar a formar parte de un universo rico y
profundo, construido con mucho sentido y cuidado, con una historia casi
comparable a la de cualquier buen libro de fantasía. Blizzard ha creado un
MMORPG (videojuego multijugador masivo online de rol) en todo el extenso
sentido de la palabra, y los resultados han sido excelentes.
Desde el primer momento,
las bazas con las que contó WoW fueron muy poderosas. Los
creadores de los también magníficos Diablo y Starcraft, trasformaban al Rol su
mega famosa saga de estrategia Warcraft en un proyecto tan ambicioso como
arriesgado. Aún contando con sistema de cuotas para jugar, el interés de
millones de jugadores creció a una velocidad vertiginosa quedando atrapados en
la adictiva formula que es WoW y que posee además, detalles casi desconocidos
en otros MMORPG, como una sencilla accesibilidad para empezar a jugar, o un
magnífico funcionamiento de los servidores, que han permitido acercase
fácilmente a muchos nuevos jugadores a este género.
En nuestro idioma
Blizzard lanzó en un
principio el juego en inglés, francés y alemán, dejándonos así los jugadores
hispano parlantes fuera. Pero como el tiempo suele poner la cosas en su sitio,
ahora después de dos años definitivamente podemos disfrutar del juego
totalmente en castellano: textos, voces, asistencia y servidores dedicados
incluidos.
Contrariamente a lo que
cabía pensar, esta versión ha creado bastante controversia. Para los que ya
llevábamos mucho tiempo jugando, nos resulta tremendamente raro el nombre
traducido de los lugares o el de muchas de sus criaturas. Nos tenemos que
acostumbrar a Forjaz o Ventormenta, en vez de Iron Ford o Stormwind, y la
verdad, ésto cuesta lo suyo. Una posibilidad, podría haber sido incluir una
opción para mantener los nombres en inglés y el resto traducido. Esto además
vendría genial cuando jugamos en un grupo con jugadores con distintas versiones
de idioma, ya que sino resulta a veces muy costoso entenderse, cuando se habla
a qué lugar dirigirse.
Hay cientos, casi miles de
misiones o quest para realizar. Desde las más sencillas para hacer solos o con
un compañero, hasta las portentosas mazmorras (o instancias), para realizar con
hasta 40 jugadores simultáneos, como la famosa Ahn’Quiraj.
Pero en definitiva y si
somos justos, podemos decir que la traducción es muy buena (más si pensamos en
lo extenso del juego), y sobre todo que resultará genial para los nuevos
jugadores. Buena prueba de ello, es el magnífico estado de población en el que
se empiezan a encontrar los reinos en español.
Un mundo tan profundo como
extenso
Si no conoces WoW, ves
olvidándote de hacerte una verdadera idea de cómo es realmente hasta que no lo
juegues, ya que estamos hablando de una extensión descomunal, que además
aumenta en tamaño constantemente gracias a sus actualizaciones.
El argumento nos traslada
hasta el fantasioso mundo de Azeroth, el cual sufre una guerra casi eterna
entre dos facciones y sus razas: La Alianza (Humanos, Enanos, Gnomos y Elfos
nocturnos) y La Orda (Tauren, No-muertos, Orcos y Trolls). Cada raza ofrece su
punto de vista al conflicto, otorgando así un mayor interés y credibilidad a la
historia global. Una de los mayores logros del juego es la sorprendente
capacidad de envolvernos en su mundo, como descubrimos poco a poco sus
territorios, por quién están dominados, su fauna, su flora y los cientos de
pequeñas historias y retos que nos desafían progresivamente.
Nuestro personaje podrá desarrollarse hasta límites sorprendentes, y son
muchos los alicientes que vamos a encontrar hasta verlo en su máximo esplendor
(el nivel 60), durante el desarrollo de una de las nueve clases que elijamos:
mago, guerrero, druida, chamán, paladín, cazador, brujo o asesino, con sus
consiguientes habilidades, también podremos adoptar dos profesiones principales
(alquimista, herrero, ingeniero, sastre…) y otras habilidades secundarias
(pescador, cocinero…).
Como buen RPG, ganar experiencia será siempre nuestra
máxima y el juego tiene un excelente grado de equilibrio para progresar en
todos sus ámbitos. Es importante destacar como los personajes van adquiriendo
puntos para desarrollar sus propios talentos, así podemos encontrar
diferencias entre personajes de una misma clase. Por ejemplo, podemos ver un
sacerdote con portentosas habilidades curativas y otro mucho más centrado en la
lucha.
Moverse por Azeroth requiere
mucho tiempo. Para cruzar el océano que separa los dos contienes existentes
(Kalimdor y los Reinos del Este) hay que usar barco o globo, aunque no en un
grado de tener que navegar o volar propiamente, simplemente debemos esperar
como en una parada de autobús para subirnos y que nos lleven a nuestro destino.
En cambio, para movernos entre poblados, zonas o ciudades debemos hacerlo de
una forma casi real, andando y corriendo, con el consiguiente gasto de tiempo.
A partir del nivel 40 podremos usar nuestra propia montura (caballo,
carnero, tigre, lobo…) que junto a los siempre imprescindibles monturas
voladoras, nos permitirán un cierto alivio. ¿Pero por qué este realismo a la
hora de movernos por un mundo en un videojuego? ¿Se hace cansado? Éste es uno
de esos misterios que envuelven a este juego, y contrariamente a lo que pueda
parecer le otorgan un valor épico que hace sentirnos más inmersos en su mundo.
Desplazarse cuesta, luchar bien cuesta, conseguir buenos objetos cuesta, subir
de nivel nuestro personaje cuesta y cada vez más… Todo una serie de esfuerzos,
que consiguen sobre todo una cosa, buscar ayuda, unirnos a otros jugadores en
nuestra titánica lucha, entrando a forma parte del gran sistema de comunicación
del juego, que permite desde listas de amigos, hasta los clanes más organizados.
La hora del mundo real coincide con la del juego, el amanecer y el
anochecer discurren al unísono entre el mundo real y el imaginario. Este es
sólo un pequeño detalle del grado de inmersión perseguido. Es sorprendente la
variedad de ambientes y lugares que existen, todos con su nombre propio, su
pequeña trama, sus enemigos y sus misiones.
Pero el ejemplo que mejor magnifica el sentido de grandeza y
posibilidades que encontramos, son las grandes ciudades, las cuatro
capitales. En ellas podemos encontrar distintos barrios, con multitud de
tiendas para comerciar, bancos para guardas objetos, las casas de subastas o
los maestros que nos enseñaran nuevas habilidades. Es mucho el trabajo, que se
ha puesto en realizar las ciudades. No olvidaré fácilmente cuando entré por
primera vez a Forjaz (Iron Force) la ciudad de los enanos, en ese momento me di
cuenta realmente de lo grande que era este juego.
Después de los dos años de vida gráficamente el juego sigue dando la
talla, aunque a algunas texturas y modelados se les empieza a notar el tiempo,
sobre todo si comparamos su aspecto con juegos recién salidos del horno. En
cambio, artísticamente el juego sigue siendo impresionante. Los detalles y
coherencia en los diseños son apabullantes y mantienen una calidad pocas veces
vista. Pero si en algo el juego roza la perfección, es elapartado sonoro.
Los efectos de sonidos son francamente buenos y la banda sonora es
sencillamente genial, desde la majestuosa música de los menús hasta la sublimes
melodías que encontramos por los diferentes lugares.
Si no lo has jugado, con
todo lo dicho te puedes hacer una idea de lo que es WoW. De por qué se ha
esperado tanto su adaptación a nuestro idioma, y por qué encandila a millones
de jugadores. Podríamos hablar más, los más veteranos esperamos la que será su
primera expansión “The Burning
Crusader”, y los nuevos jugadores pueden empezar a disfrutar con
el rey de los MMORPG, y es que a WoW le queda cuerda para rato.
GRAFICAS: 10/10 BANDA SONORA:
9/10
HISTORIA: 10/10
JUGABILIDAD: 9/10 IMNOVACIÓN: 9/10
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