GENERO: Accion /Primera Persona
JUGADORES: Unipersonal
AÑO: 2008
DESARROLLADORA: Ready at Dawn
SECUELA: Si
TIEMPO
APROX: 6-8 horas
PLATAFORMA: PSP
ANALISIS:
El conocido como
fantasma de Sparta, muy lejos de querer olvidar el trágico destino que le abocó
a una vida de servidumbre, vuelve por tercera vez consecutiva a una máquina
Sony con el fin de amarrar sus cadenas al que acaba de convertirse en su nuevo
dios portátil: una PSP. Kratos, un ser marcado por la desdicha
deshumanizadora que le causó el someterse al todopoderoso Ares, intenta buscar
su redención en un capítulo que le conducirá de nuevo por territorios
mitológicos donde intentará deshacerse por fin del yugo que tanto le oprime y
que en su día le llevó a matar a su propia familia.
Con sed de venganza
pero, sobre todo, de muchos litros de sangre, la máquina de matar reemprende su
eterno y desolador camino a través de un videojuego que exprime hasta límites
insospechados el hardware de PSP. Y es que para la ocasión los
profesionales de Ready at Dawn han creado un motor de juego que, aunque parte
de uno de sus trabajos anteriores (Daxter), ha sido suficiente como para
conseguir un título que puede presumir de aprovechar como ningún otro los 333
megahercios de CPU y los 32 megas de RAM de una consola que no ralentizará la
acción de Kratos en ningún momento.
Demoledores. Ese es el
mejor adjetivo para calificar los ataques de Kratos en una aventura que le
permitirá mejorar su repertorio a medida que explore la casi decena de niveles
que compone este corto pero intenso videojuego.
Kratos regresa con
toda su fuerza
El atormentado enviado de los dioses comenzará su particular odisea en la ciudad de Attica, lugar desde el que nuestro admirado y temible guerrero espartano empezará a demostrarnos que se encuentra en un perfecto estado de forma. Sus golpes, sus combos, sus magias especiales y sus ejecuciones finales no han perdido ni un ápice de la espectacularidad y rapidez que ya demostraron en PlayStation 2, consola que no tiene mucho que reprimir a una PSP que desde el primer momento nos meterá en el calor de unas batallas que se librarán en una suerte de escenarios profundos, detallados y plagados de enemigos.
Chains of Olympus, en este sentido, no ha creído que la portátil
de Sony fuera la máquina más apropiada para realizar la revolución de una
franquicia a la que por el momento le vale con retransmitir sus valores
principales en cada nuevo título. Unos valores que pasan por una frenética
dinámica de batalla bajo el esquema del "hack and slash", por un
sistema de cámaras fijas con estilo cinematográfico y por una duración corta
pero intensa que nos dirija a enfrentamientos memorables con terribles y
dantescos enemigos capaces de desbordar una pantalla que no dejará de mostrar
sorpresas hasta que se baje el telón.
Y,
hablando de telones, es conveniente hacer referencia al entramado argumental
que nos deja el nuevo God of War a través de sus densos, espaciosos e
interesantes ocho niveles. Todos ellos están interconectados y no
únicamente a través del avance lineal que implica una obra de estas
características, sino gracias sobre todo a unas secuencias de introducción que
usarán frecuentemente el excelente motor del juego para fundir acción, historia
y puzles en términos proporcionales que aumenten el interés por vivir un cuento
mitológico que, aunque sea fruto de una interpretación libre, logra tener vida
propia.
Tanta
vida propia como el mismísimo Kratos, que no ha olvidado sus mejores
movimientos ni siquiera cuando nos toca hablar de la cama. No podía exigírsele
al espartano que abandonara su vicio por el sexo, y es por ello que volverá a
las andadas para demostrarnos que, de vez en cuando, viene bien un poco de
variedad dentro de un título que conoce perfectamente la manera de mezclar
momentos de tensión con situaciones de relax. He ahí una de las claves del
éxito de un videojuego que, como sus antepasados, sigue mostrando un repertorio
de ataques digno de la altura del fantasma de Sparta.
Los “quick time events” vuelven a estar presentes en una obra que nos
invitará, desde una perspectiva muy particular, a ejecutar rutinas de controles
que en este caso nos librarán de ser comidos por un monstruo de descomunales
proporciones.
Así lucha
el Dios de la Guerra
Desencadenar dicho conjunto de ofensivas resulta relativamente sencillo gracias al inteligente aprovechamiento de los limitados pero suficientes botones de PSP, los cuales nos auxilian ágilmente para realizar impactantes movimientos de ataque con tan solo dos o tres botones. Y lo más interesante no será este hecho en sí, sino que, a medida que vayamos recolectando más orbes rojos, mayores serán las posibilidades de desbloquear todos los ataques disponibles en un God of War: Chains of Olympus que no deja encerrados en el cajón a los conocidos como "quick time events".
En efecto, el fragor de la batalla va a discurrir a base de
combinaciones de golpes y del continuo machaqueo de botones, pero esto es algo
que encontrará a su mejor complemento en una especie de secuencias que, una vez
activadas, nos ofrecen a un Kratos dispuesto a llevar a cabo alguna maniobra
especial que requiere de una especial atención a la pantalla. Allí aparecerá un
cuadrado, una equis, un triángulo, un stick con una rotación de 360 grados y,
en general, todo lo que tendremos que pulsar en el momento adecuado para que la
fulminante ejecución no resulte convertirse en un fracaso.
Un
apartado gráfico digno de dioses
Aparte, existirá la posibilidad de incrementar nuestras barras de vida y magia iniciales, siendo crucial la última de ellas para salir vivo de las situaciones más complicadas en un videojuego que, adicionalmente, nos deja elegir entre hasta cuatro niveles de dificultad. Será algo que extienda la duración de un videojuego que puede ser considerada como adecuada si es que tenemos en cuenta el género al que pertenece. En total, unas seis horas cortas pero intensas que nos invitan a contemplar a través de la pantalla panorámica de nuestra PSP los mejores modelados y las más trabajadas animaciones que hayamos visto hasta el momento en la portátil.
Resulta
sorprendente que, con el alarde gráfico que se hace en Chains of Olympus, la
máquina no haya caído en la, a veces imperiosa necesidad de disminuir su
"frame rate". Por el contrario, la estabilidad de imágenes por
segundo es otra de las claves de una obra que ha encontrado la manera de meter
reflexiones de luz, iluminaciones preciosistas y sombras detalladas y variables
dentro de un conjunto visual mitológico que evoca un tiempo pasado y, a
la vez, a un mundo de dicotomías entre una estética fantástica y el realismo de
una sangre que saltará de los enemigos y del propio Kratos para impregnar al
suelo del violento y visceral rastro de nuestra batalla.
La cámara, aliado indiscutible y esencial de cualquier God of War,
volverá a hacer su aparición para mostrarnos virguerías como la de la imagen.
Pequeños detalles como estos son los que hacen grande al videojuego
protagonizado por Kratos.
Para
apoyar el impacto visual del motor diseñado por Ready at Dawn, los
californianos han dispuesto (al igual que los estudios de Santa Mónica,
responsables de los anteriores God of War) una serie de cámaras fijas
perfectamente estudiadas que tan pronto nos enfocarán desde la posición más
elevada de unas escaleras en espiral como seguirá la escalada del Dios de la
Guerra a través de un muro completamente vertical. No hay libertad para
interactuar con la cámara, aunque será algo que no se nos antojará hacer, más
si tenemos en cuenta que en la totalidad de los casos no estorba a la acción de
golpes a diestro y siniestro.
Unido a esta espectacular y casi insuperable puesta en escena, la música
hace gala de sus mejores ritmos orquestales (variables según la situación) para
acompañar a la temática mitológica por la que seguramente pasará a la historia
un título como Chains of Olympus, el cual es, a día de hoy, el producto que
mejor ha sabido exprimir las posibilidades de PSP.
GRAFICAS:
9/10 BANDA SONORA: 9/10 HISTORIA: 10/10
JUGABILIDAD:
9/10 IMNOVACIÓN:
9/10
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